domingo, 6 de septiembre de 2009

Fábula


Y recuerdan como el se transformó
en árbol porque asi lo deseó
y se quedó
plantando allí mirando
la tierra en que nacian flores nuevas.

Fue refugio de conejo y colibrí
y el viento le enseñó a que sabe si
la miel y la resina silvestres
y la lluvia lo bañó.

Y mi felicidad decía para sus adentros,
eso, eso, se que ahora la encontré,
eso por que tengo todo el tiempo ya para mi,
ya no necesito más de nadie,
toda la belleza de la vida es para mi...
que un día pasaron por allí
los ojos de una niña
que le habían robado al cielo el brillo de dos estrellas...
y se estremecieron sus raíces...

Cuánto desconcierto de improviso
dentro de él.
Eso solamente siente el hombre sin la mujer
y alargó sus ramas hacia ella.

Sintió que la felicidad desnuda la mitad
del infinito
luego era el tiempo sol y luna
lluvia y música
era el tiempo sin llanto y entre tanto
era un hombre que
a la vida despertó

Era como el canto que llenaba
sus segundos
soledades
Esa parte verdadera que una fábula encantada
esconde en sí para hacerla auténtica..

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